domingo, 26 de abril de 2009

Muy pronto oscurecerá.




En medio de la vía te confieso que necesito una tregua, y también añadiría algo más, para que veas que no eres el único que se siento perdido, a la deriva y harto de sí mismo: De mi quema sólo salvaría a los niños. Esa es mi verdad, ese es mi secreto.


Sólo a ellos porque el resto del mundo acaba por causarme repulsión tarde o temprano, porque todos me parecen igual de vacíos, porque no entiendo nada cuando hablan, porque no veo luz cuando miran, porque en lugar de moverse se arrastran, porque somos una especie de basura que apesta.


Todos me sobran excepto los niños. Ellos me devuelven la esperanza cuando creo que ya está todo perdido.


Ellos son la única compañía que no le sale cara a mis emociones. Por ellos vendería toda la calma de mi soledad porque siempre saben cómo acariciarte el alma.


¿Qué te parece?


¿Te sorprende?


No estás solo en el sinsentido y la rabia no es mala, siempre y cuando no te impida seguir buscando una salida. La diferencia entre tú y yo radica en las puertas que te cierras, en no ser capaz de valorar la oportunidad que tienes en tus manos en este preciso instante. La diferencia entre tú y yo es que vas a dejarme escapar porque no tienes agallas para implicarte en lo inesperado. La diferencia entre tú y yo es que vas a perder este tren y cada vez te alejarás más de tí mismo.


Muy pronto oscurecerá.
PD: Fotos por cortesía de mi muñeco.

sábado, 11 de abril de 2009

Historias para no dormir...

¿Quieres que siga…?
Le preguntó Carolina al maniquí, pero no respondió. Aún así, ella siempre encontraba una buena excusa para justificarla: “el juego de dar y recibir placer no siempre es tan simple.”
Carolina acariciaba su torso desnudo, sus senos, convencida de que sólo una mujer es capaz de saber lo que otra necesita realmente. Y sí, esta idea la alentaba a continuar con esmero, con la combinación exacta de calma y furia, pero no obtenía respuesta alguna en su compañera.
“A veces no basta con no apartarse. Acercarse es importante también.”
Ella era una experta en esto. Todas sus relaciones, las que eran efímeras por acuerdo, y las que se prometían algo más, se habían caracterizado por ser la pobre tonta que da y nunca recibe. Y no le frustraba tanto el hecho de dar y no recibir, como que esta situación, alimentada por el temor a agobiar a la otra persona, le impedía entregarse plenamente, como quisiera.
Seguía amando a ese trozo de plástico que posaba sus ojos sobre ella, sin mirarla siquiera, y no podía evitar preguntarse cuándo sería el día en que pudiera conocer a alguien dispuesto s recibir y valorar todo lo que tenía.
Anhelaba muchas cosas. Anhelaba una relación con menos esperas, en la que no hiciese falta morderse las ganas, ni la lengua.
Anhelaba ser capaz de enfadarse lo suficiente como para mandar a paseo a todos aquellos que la creían capaz de entender y perdonar cualquier ausencia…
Y entre tanto sueño roto, entre tanta esperanza truncada, las manos le empezaron a doler. Notó mil cuchillas de hielo atravesándolas, y el calor de la llama, como remate final.
Se asustó.
No era capaz de explicarse lo que había ocurrido. Y el maniquí permaneció impasible, en un mundo del que ella jamás podría formar parte: la indiferencia, el dejar las cosas pasar sin tomar ningún partido.
Fue al cuarto de baño y se examinó frente al espejo. Reconoció lo que veía, pero sus manos estaban igual que lo habían estado siempre. Manos hechas para surcar la piel de otros.
Sólo cuando se mimó a sí misma, sólo cuando descubrió el tacto y el sabor de su propio cuerpo, consiguió que cesara el dolor. Desde ese día, la vida fue un poco menos cruel.

PD: Gracias por la inspiración.

viernes, 10 de abril de 2009



¿Quieres que siga...?

Consigue un culo sexy, como el de JLo.



Hoy, mientras caminaba en dirección a la estación de autobuses, pensé en lo tontas que podemos llegar a ser las mujeres. Voy a partir de una premisa algo autoritaria y categórica: Esta frase, nadie me la puede rebatir. Tengo la total certeza de que a muchas les ofenderá profundamente, pero si la franqueza superase a la rabia inicial, habría que admitirlo: Somos un poco estúpidas. Y lo somos por muchas razones, pero una de ellas, sin ir más lejos, es la de comprar una revista que reza "Consigue un culo sexy, como el de JLo" y creérnoslo.

Siempre he pensadoque cuidarse es necesario, porque es realmente importante sentirse bien con uno mismo y en ésto, la imagen, pormucho que nos duela, cuenta. Pero si quieres cambiar la forma de tu trasero, por favor, no lo hagas para parecerte a JLo. Si tu nombre es Luisa, consigue tener el culo sexy que tú quieras tener. De hecho, tus glúteos serán los más firmes del mundo para tí, y eso es lo que cuenta, que tú seas sexy, sin comparaciones ni escalas.

Renovarse para agradar a los demás es absurdo. Y las féminas tenemos gran tendencia ello cuando nos juntamos con un macho-macho:


- ¿Tú me ves gorda?

- ¿Te parece que ésto me sienta bien?


Lo primero de todo es que los hombres, sin ánimo de ofender, no se merecen tal despliegue de medios. Lo segundo: la verdadera igualdad, por la que tanto luchamos, empieza por tener cierta autonomía y aprender a caminar sin que un baboso te siga. Y sé que con ésto me meto en terreno pantanoso, pero opino que nosotras mismas somos las que más nos perjudicamos en numerosas ocasiones. Porque somos las primeras en vendernos y por tanto en rebajarnos, porque lo convertimos todo en una crisis existencial, porque disfrutamos despellejándonos las unas a las otras, porque aún hay quien finge los orgasmos o no es capaz de decirle a su amante que no le gusta lo que le está haciendo, porque suplicamos las migajas de la nada... en fin.

Como mujer que soy, y muy orgullosa de ello por cierto, me encantaría que despertásemos un poco.

Que las publicaciones que ganan dinero a costa de etiquetar al sexo masculino para explicarnos lo que les gusta, cómo les gusta y dónde, desaparezcan porque la gente sustituyó su lectura por la improvisación. Sólo a base de probar se llega.

También sería alentador que si antes de tener una cita te pasas toda la mañana ecerrada en el baño poniéndote toda clase de potingues encima, al menos y antes que nada logres impresionarte a tí.

Que si tu chico te prefiere con el pelo recogido te lo sueltes de vez en cuando. Que vivas también para tí misma.

Y nada más. Sólo mencionar que si alguien se siente indignado por este texto, mil perdones y una recomendación: échese un vistazo en profundidad.